Amar los tiempos de los intentos

Esta frase pudiera resultarnos un tanto abrumadora, inquietante o provocadora, cuando estamos en el meollo de una crisis; sobretodo que en nuestra sociedad el acento de toda experiencia está en el resultado final y no en el proceso del mismo.

Esta proposición es una invitación a vivir el presente, a darnos permiso para estar haciendo una travesía, un proceso de cambio que aún no tenemos mucha claridad de cómo y cuándo termina. Podemos aceptar los hechos y transformarnos en viajantes sin más deseo que estar conectados con la aventura del vivir, de crecer y de morir.

En estos días de grandes y profundas transformaciones, soltemos aquel natural deseo de retener aquello que teníamos antes de la pandemia y desprendámonos del miedo que enjaula nuestra libertad. Advirtamos cuáles son los cambios que están operando en nuestras vidas y en los diversos ámbitos donde nos desarrollamos (personal, familiar, pareja, amigos, trabajos, colegio, universidad). Sin duda, hemos tenido que hacer muchísimos ajustes y aquí estamos, ¿Qué hemos aprendido a valorar?, ¿Qué podemos comprender: sobre nosotros mismos y la relación con los demás? ¿Cuál es nuestro poder transformativo?