Pérdida de un ser querido en la pandemia
- Marcela Sandoval
- 26 jul 2020
- 2 Min. de lectura

En la vida en general, todos nosotros hemos tenido o tendremos la pérdida de un ser querido y, much@s hemos o experimentaremos dolor, ansiedad, pena, rabia, entre algunas emociones posibles. En esta época de pandemia se han incorporado nuevos elementos, que pudiesen complejizar los duelos que estamos viviendo y la aceptación de una realidad dolorosa.
En nuestra cultura occidental y particularmente la latinoamericana, tenemos una serie de prácticas y rituales de despedida, que en este contexto no han sido posibles de realizarlos por las medidas sanitarias vigentes tan necesarias para evitar contagios. Hay personas que han estado imposibilitad@s de asistir a su ser querido en su bien morir, dejando incógnitas en los familiares respecto de sus últimos momentos. Los rituales respecto de la despedida (velatorios y funerales), espacios sociales afectivos donde se disponen los consuelos y condolencias, expresados mediante abrazos y caricias, han estado ausentes y la participación de los parientes y amigos ha sido restringida; en el caso de las personas fallecidas por COVID los familiares directos han tenido que estar ausentes por estar también contagiados ellos contagiados.
El dolor que nos deja la partida de un ser querido es natural y las expresiones emocionales asociadas al quebranto son esperables. Pueden surgir sentimientos de culpa e impotencia por no haber podido acompañarle en todo el proceso desde que empeoró su salud, pasando por el deceso y el funeral.
Es necesario contactarnos afectivamente con nuestros cercanos y compartir a través de plataformas virtuales nuestras vivencias, emociones, contenernos y apoyarnos mutuamente, alguno requerirá silencio; será necesario recordar y hablar acerca de cómo nos hubiese gustado despedirle y buscar formas alternativas para hacer nuevos rituales de acuerdo a nuestras necesidades. Por ejemplo, podrán realizar una ceremonia virtual, escribir una carta de despedida, hacer un altar, compartir fotos, etc.
La intensidad emocional irá disminuyendo con el tiempo y el proceso de aceptación de la partida será cuando aprendamos a vivir sin la persona amada; la seguiremos recordando y en ocasiones nos sorprenderá la nostalgia.
En todo caso, si te está resultando difícil sobrellevar la pérdida y esto está repercutiendo en distintas esferas de la vida, no dudes en consultar a un especialista.
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